Investigadores de Brasil, Reino Unido y Estados Unidos han descubierto cuatro nuevas especies brasileñas del género Ophiocordyceps unilateralis (O. unilateralis), un patógeno fúngico específico de las hormigas de la tribu Camponotini. Presentado en la revista PLoS ONE, el nuevo hongo no es una especie sino cuatro distintas capaces de controlar el comportamiento de las hormigas. La investigación recibió fondos del proyecto ANT FUNGI EP («De la ecología a los mecanismos del fenotipo extendido»), financiado con 214.000 euros mediante una beca Marie Curie del Séptimo Programa Marco (7PM).
Los hongos pertenecen a una familia que infecta a hormigas y controla su comportamiento, según dos de los autores, el Dr. Harry Evans y el Dr. David Hughes del Centro Internacional de Biociencia Agrícola (CABI, Reino Unido) y la Universidad de Exeter, respectivamente. Las hormigas mueren una vez los hongos han encontrado una ubicación idónea para sus esporas.
El estudio revela que las cuatro especies presentan una altísima especialización en una especie de hormiga. También poseen una serie de recursos adaptativos y tipos de esporas que garantizan la infección. Cabe reseñar que el proceso de desarrollo del hongo es complejo. Infectan, controlan y matan a las hormigas para después generar tallos productores de esporas de sus cabezas. O lo que es lo mismo, cuando los hongos infectan a las hormigas, las hormigas ceden el control de su cuerpo. Así el hongo toma el mando y fuerza a las hormigas a repartirse por lugares que permiten que el hongo crezca y propague sus esporas.
«Diferencias en la morfología funcional de todas las fases de las esporas de cada especie se corresponden con la ecología de la hormiga huésped. Son tan acusadas que no es necesario realizar una caracterización molecular para distinguirlas», explican los autores. «Aún así se ha extraído ADN [ácido desoxirribonucleico] de las nuevas especies y se secuenciará junto a otras muestras que se obtendrán en toda la zona del trópico para obtener una idea general de la diversidad de O. unilateralis.»
Los resultados se podrán utilizar para determinar cómo afecta la fragmentación a los procesos de la infección.
«Se trata de los primeros pasos de la taxonomía y la ecología del complejo de especies de Ophiocordyceps unilateralis asociadas a las hormigas carpinteras. A nivel macroscópico se caracterizan por un tallo único que surge de la región dorsal del cuello del huésped, donde el anamorfo ocupa la región final y el teleomorfo se produce en forma de placas o cojines laterales», escriben los investigadores. «Cada una de las cuatro especies de hormiga recopiladas, Camponotus rufipes, C. balzani, C. melanoticus y C. novogranadensis, recibe el ataque de una especie distinta de Ophiocordyceps, fácilmente diferenciable mediante micromorfología tradicional. A los nuevos taxones se les ha dado un nombre relacionado con su huésped.»
El artículo proporciona datos de relevancia sobre interacciones biológicas complejas e ignotas en hábitats amenazados. Según señalan los investigadores, las cuatro nuevas especies proceden de la Mata Atlántica de Brasil, que forma parte de la Red Mundial de Reservas de la Biosfera y contiene gran cantidad de especies en grave peligro de extinción como muriquís y titis. Esta zona es uno de los focos de biodiversidad más degradados y el 92% de su extensión original ha sido destruido a causa del cultivo de caña de azúcar o de asentamientos urbanos.
Expertos en la materia reconocen que la pérdida de biodiversidad puede influir en gran medida en la estructura de la comunidad, pero aún falta mucha información sobre cómo los parásitos, incluidos los hongos controladores del cuerpo de otra especie, responden a la fragmentación.
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